Desde que recibiera en su día, allá por abril de este año, el prólogo de mi último libro, tenía unas ganas enormes por dar a conocer la impresión que de esta historia ha tenido la primera periodista que me dedicó unos instantes, sobre esta peculiar difusión de mis obras. Lo que en él comenta me encantó desde un primer momento porque relata desde una nueva perspectiva, mi quehacer diario en estos ya casi tres años de tocar puertas. Es por ello por lo que me gustaría que mis lectores, los que no lo son, no lo han sido o incluso los que nunca lo serán, al menos supieran el origen del porqué y el cómo de toda esta historia.
Con su permiso, aquí os muestro el prólogo que ella me envío y en el cual me calificó como "escritor errante". Todo ello sirve como preámbulo de mi cuarta y última novela, "agua":
Al abrigaño de una
jamba
Supe de la osadía del Escritor Errante por mi amigo Óscar. Me
contó que Sergio Hernández López-Pastor llamó un día a su puerta con la
intención de… ¡venderle un libro! Parece el colmo del atrevimiento. Recelosos
de cualquier desconocido que llama a nuestro timbre, molestos con quienes pretenden
“colocarnos” sus productos y poco receptivos con las historias ajenas que
invaden nuestra intimidad, la peripecia de Sergio, buscador ambulante de
lectores, me pareció ingenua, audaz y valiente. Eché un vistazo a su blog, vi la foto en la web de un chico
joven, tímido y sonriente, leí los comentarios que escribía sobre sus andanzas
puerta por puerta, pedí a mi amigo Óscar la novela que había adquirido y decidí
conocerle.
Fue así como Sergio accedió a su primera entrevista para un
medio de comunicación y empezó a darse a conocer un poco más allá del recibidor.
Quedamos en la barriada Yagüe, el barrio burgalés donde esa jornada tenía
previsto buscar a sus potenciales lectores. Llegó con el maletero repleto de la
novela ‘Soy un gusano’, cogió unos
cuantos ejemplares y empezó a llamar a las puertas… Aquel día y a aquella hora en la zona
residencial había tal silencio que parecía que no viviera nadie. Supuse,
entonces, que aquella aventura no iba a durar mucho: recibir -como me confesó
que le había pasado otras veces- quince negativas seguidas una mañana gris de
invierno justificaría un abandono. Sin embargo Sergio solo tenía en mente la
siguiente puerta: “Nunca sabes quién te va a abrir”, nos decía al fotógrafo y a
mí.
Eso fue hace dos años, en marzo de 2012, y hacía otros dos
que había publicado su primera novela con una editorial online. Entonces llevaba 600 ejemplares vendidos y un buen
puñado de charlas literarias,
intercambio de libros y anécdotas con escritores y lectores al abrigaño de una
jamba (en los comentarios que dejan en su blog,
http://shlopezpastor.blogspot.com.es,
hay quienes se disculpan por cerrarle la puerta, le piden el resto de la
trilogía, le animan a continuar con su aventura, le agradecen la ilusión que
transmite, valoran el argumento y la forma de escribir…). Con el tiempo esas
mismas puertas le han llevado a conocer a sus actuales editores, le han hecho
protagonista de otros reportajes y le han allanado el camino para presentar sus
libros en nuevos escenarios. Hoy ya tiene más de 4.000 ejemplares distribuidos
por el vecindario de Burgos, Miranda, Logroño o Vitoria y comienza una nueva
aventura con ‘Agua’, el libro que usted
tiene en sus manos.
En esta novela el Escritor Errante plantea un escenario que
ya hay quien vaticina: sin acceso a un recurso imprescindible, la humanidad
está condenada a la extinción. Como en ‘Ensayo
para la ceguera’, de Saramago, Sergio H. López-Pastor propone un ejercicio
de reflexión sobre lo que ocurriría si aumentaran las temperaturas del planeta
y escaseara el agua -¿les suena el pronóstico, no?-. Lo hace de una manera
irónica y divertida, sencilla y clara, tratando de quitar hierro sobre un
asunto que debería no solo quitarnos el sueño, sino motivarnos en la búsqueda
de una solución. Pero no hacen falta las moralinas para zarandear al lector.
Peleas y robos por una botella de agua, deshidratación y
enfermedades, desesperanza e incertidumbre y, sobre todo, miedo a un presente
desolador que nosotros mismos hemos provocado. A través de lo que le pasa a la
familia de la niña Dana y la realidad que ratifica el experto Bruno (al que,
por cierto, conocemos de una escatológica manera, pero la vida es así y todos
tenemos momentos glamurosos y de debacle total), el Escritor Errante quiere
llamar la atención sobre una situación que preferimos no plantearnos, no sea
que no nos guste lo que vemos. Como con Bruno, preferiríamos evitarnos lo desagradable y pensar que el
color rosa es el tono de nuestras biografías. Aunque obviarlo no signifique que
no exista.
“La humanidad sigue resistiendo a duras penas”, comenta en ‘Agua’ pronosticando un futuro incierto
que está más cerca de lo que creemos. Pero probablemente, amigo lector, nada
sabría de esta historia si Sergio no hubiera llamado al primer timbre para ver
qué encontraba detrás de la puerta. Con espíritus valientes como el de escritor,
que seguirá vendiendo sus historias casa por casa porque cree en la literatura,
en lo que le reporta y en las puertas que se abren, seguro que sí. Pero no me
atrevo a poner la mano en el fuego por el resto. Disfruten de ‘Agua’ y piensen que hay que llamar si
queremos que nos abran.
Inmaculada López de la Hera
Tal y como decía antes, Inma es la causante del calificativo "escritor errante". Únicamente hay que pinchar en la foto de arriba y a la derecha para saber más de la noticia que me hicieron sobre mi proceder allá en 2012. Es a ella a quien debo el hecho de que tal y como comenta en el prólogo; "...empezó a darse a conocer un poco más allá del recibidor".
Una vez más, Inma, gracias por tu inestimable apoyo.
He querido rememorar esta historia porque supone una firme base en mi proceder y me ayuda a proseguir, sin lugar a dudas, de esta manera; hasta que la situación mejore, si ésta, de algún modo y en algún momento, tiene intención de hacerlo.
Con todo, seguiré estando abierto a más reportajes, presentaciones, charlas, coloquios y medios telemáticos para dar a conocer estas cuatro obras y las que probablemente vayan apareciendo.
Asimismo, en este nuevo curso que va a comenzar, tengo unas ganas terribles de seguir tratando con más y más lectores y difundir mis relatos. Para ello, mis zapatos continuarán deslizándose por la comunidad de La Rioja y las diferentes provincias limítrofes a ésta.
"Una vez y otra... una y otra vez..."
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